Los guardaespaldas
Belén está más tranquila, pero como es escéptica aún no se cree del todo el anuncio de alto el fuego permanente de ETA. Le gustaría creerlo, porque le va mucho en ello: lleva un montón de años sin poder hacer con su vida lo que le venga en gana, y la va consumiendo a disgusto, porque vivir así es una tortura.
Somos amigas desde hace más de veinte años. Hoy he vuelto a hablar con ella por teléfono y le he preguntado si va a dejar de llevar guardaespaldas.Me ha dicho que todavía no, que por recomendación tiene que seguir con ellos. Y se enfada, ¿Y quién no? porque no puede salir ni a la vuelta dela esquina sin sus sombras. "Ni siquiera puedo ir a comprarme unas bragas sola" me dijo la última vez que estuve en su casa, en el País Vasco. Y si sólo fuera éso... "No puedo salir sola a tomar vinos, coger el coche o ir andando al supermercado, ir de compras, ligar un día, o mismamente echar un polvo..., porque, ¡qué coño!tampoco me apetece que los escoltas se enteren de mi vida íntima, aunque sepan todo lo demás". A no ser que te enrolles con uno de ellos, como en la película, le dije para animarla, pero ni me dejó terminar la frase.
Y como no puede hacer nada normal con la normal asiduidad con que lo hacemos los demás, ¿qué hace?, pues trabajar. No hace casi nada más. Es una putada.
FUENTE:www.20minutos.es
jueves, 12 de abril de 2007
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