lunes, 18 de junio de 2007

SE BUSCAN 300 ESCOLTAS

Interior

Se buscan trescientos escoltas

El fin de la tregua ha generado una demanda de servicios de protección que las empresas tienen dificultades para cubrir - Los candidatos creen que los sueldos no compensan los riesgos inherentes al trabajo, aseguran desde el sector


Sólo en el País Vasco trabajan más de 1.800 escoltas
R. L. Vargas Madrid- Los máximos responsables de Interior de los Gobiernos central y vasco, Alfredo Pérez Ru-balcaba y Javier Balza, respectivamente; han prometido protección «inmediata» para todos los nuevos concejales del PSE y del PP en el País Vasco. Pero la cuestión es que el martes pasado, Antonio Basagoiti, presidente de los populares en Vizcaya, desveló que no todos los ediles de este partido tienen escolta. Y no la tienen porque, según revela Vicente de la Cruz, presidente de la Asociación Española de Escoltas (ASES), les está resultando complicado encontrar voluntarios para cubrir las casi trescientas vacantes de guardaespaldas que la ruptura de la tregua ha generado. Porque no sólo los concejales necesitan protección: jueces, magistrados, empresarios...; todos son potenciales víctimas de ETA. Y todos tienen que estar escoltados. Sólo para el País Vasco, donde ya trabajan 1.800 escoltas privados, el Ministerio del Interior y el departamento vasco del ramo han solicitado a las empresas otros doscientos profesionales, que están llegando con cierta lentitud. «No se puede mandar a cualquiera. Hay que formarlos, deben tener los permisos, y eso lleva tiempo», explica De la Cruz, que acusa al Ministerio del Interior y al Gobierno vasco de «imprevisión» ante el previsible aumento de la demanda. Salarios Los profesionales más veteranos, gente que lleva cuatro o cinco años haciendo de sombra de personalidades en el País Vasco, suelen cobrar unos 2.500 euros netos al mes, con los que deben pagar también su alojamiento y otros gastos. Deducidos estos pagos, la nómina adelgaza hasta unos 600 euros, muy poco, dicen muchos de ellos, para jugarse el pellejo, y muy especialmente para los candidatos a tan arriesgado de-sempeño. De la Cruz lo explica de manera gráfica: «El razonamiento que se hace la gente es sencillo: si trabajando de vigilante en el metro de tu ciudad, en Madrid o Barcelona, por ejemplo, puedes sacar unos 1.800 euros al mes y los riesgos son muy inferiores a los de trabajar de escolta, ¿qué necesidad tengo de complicarme la vida?», dice. Ante la falta de voluntarios, se han impuesto las leyes del capitalismo, que como en casi todo, también mandan en el sector de la seguridad. «Las empresas han tenido que subir sus ofertas económicas hasta los 3.500 o 4.000 euros para atraer a nuevos escoltas», explica De la Cruz, que advierte del pernicioso efecto que ha tenido ese incremento para la moral de los más curtidos, que no acaban de entender que expertos como ellos vayan a tener menos soldada que los novatos.

Fuente: la Razón.
www.larazon.es

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